RENDICIÓN DE CUENTAS 2024
QUE LA FORMA NO TAPE EL FONDO !!!
En la última sesión del Honorable Concejo Deliberante, el oficialismo no logró aprobar la rendición de cuentas del ejercicio 2024. Algunos lo atribuyen a un error de cálculo. Nosotros creemos que el problema no es aritmético ni contable, sino político. Lo que no pudieron justificar no es el número, sino el rumbo.
Desde nuestro bloque no acompañamos esta rendición porque no podemos acompañar una ejecución presupuestaria que exhibe una alarmante subejecución, una distorsión de prioridades, y una ausencia de políticas públicas reales que lleguen al vecino en tiempo y forma. Lo que sí se ejecutó con precisión quirúrgica fue el gasto en imagen, en marketing, en narrativa. Pero no se gobierna con slogans.
En toda conducción política hay una máxima: gobernar es priorizar. Y cuando las prioridades son erradas, las consecuencias se ven en la calle, no en los balances. Repetir que “todo es culpa del gobierno nacional” ya no alcanza para explicar decisiones o indefiniciones que son exclusivamente locales. No voy a defender a nadie. Pero tampoco a tolerar que todo se resuma en excusas y culpables ajenos.
Desde nuestro lugar como concejales de la oposición, ejercemos un rol que no es cómodo, pero sí imprescindible: el control al poder. Lo hacemos con decisión, con propuestas concretas, con la experiencia de haber conducido y con la vocación de volver a hacerlo, pero mejor. En cambio, vemos cómo el oficialismo convierte cada sesión en una tribuna de ataques personales, reemplazando el argumento por la chicana y la construcción por la descalificación.
Gobernar no es relatar. Gobernar es responder. Es ejecutar. Es hacerse cargo.
Y antes de señalar y atacar a la oposición que cumple su rol, sería prudente revisaran a sus propios aliados circunstanciales. A esos que obtienen todo en la negociación y nunca devuelven en el momento clave. A esos que, siendo astillas del mismo palo, que aparentan jugar en su equipo y en los momentos importantes terminan por desbalancear más que la oposición misma. Quizás ahí está el verdadero desorden.
La conducción se prueba en la adversidad, no en el relato. Y el Concejo necesita orden, responsabilidad y vocación de mayoría. No más pretextos.